viernes, 14 de marzo de 2008

Chisme de nuestros vecinos los brasileños.
Resulta que los brasileños estan encontrados con los españoles. El problema es diplomático y hace varios meses que hay represalias, tanto de un lado como del otro, hacia los pobres inmigrantes y turistas de ambos paises que deciden tomarse unas vacaciones en alguno de los estremos en conflicto. Aquí nomás, cruzando el puente, los españoles tienen que tener visa y no hay buenos tratos hacia ellos por parte de las autoridades de la Receita Federal (aduana), lo sé porque varios de mis huéspedes contaron a su regreso o que no pudieron pasar o que, a pesar de tener visado, debieron realizar trámites burocráticos engorrosos por el solo hecho de ser españoles.
Hoy lei en Dario El País de Madrid una carta de una española que llego con dos amigas Cariocas al aeropuerto de Barajas...Lo hecho hecho está, ahora habrá que buscar soluciones o al menos una salida para que no paguen los platos rotos quienes, lejos de los conflictos diplomáticos, soportan desaires, tanto de un lado como del otro.
///No me sorprende en absoluto el malestar de Lula por los constantes desaires y malos tratos que reciben a diario los brasileños en Barajas. El 9 de febrero tuve la mala suerte de comprobarlo yo misma cuando se les denegó el acceso a dos amigas cariocas sin ningún tipo de explicación y a pesar de que cumplían todos los requisitos de entrada en el país exigidos por extranjería. Supongo que ser joven, brasileña y mulata es un handicap para querer visitar España. Durante los dos días que permanecieron retenidas en la sala de no admitidos, fue imposible contactar con ellas y la falta de control e información por parte de los funcionarios de Barajas una constante.
Teléfonos que comunican continuamente y respuestas contradictorias, fueron todo lo que conseguimos de los servicios que las instituciones ponen a disposición de los usuarios en estos casos. La comunicación con ellas no fue posible hasta su llegada a Río y quedé aún más impresionada por el mal trato que habían recibido y que tiene mucho que ver con las declaraciones del sociólogo aparecidas en EL PAÍS, sólo que en vez de cómo "perros" Shirley y Priscila se sintieron como delincuentes. Por eso no me sorprende que los brasileños hayan decidido "cerrar sus fronteras" a los españoles, ya lo hicieron anteriormente con los estadounidenses. Espero que Lula y Zapatero solucionen este problema lo antes posible, porque ya me ha sido denegado el derecho a recibir en mi casa a quien yo quiera, venga de donde venga, pero espero que no se me niegue también la posibilidad de volver a dar un paseo por Río y disfrutar de la maravillosa hospitalidad del pueblo brasileño. A modo de despedida quiero también remarcar uno de los requisitos imprescindibles de admisión. Sesenta euros diarios es la cantidad que los extranjeros han de aportar para su entrada en el país. Es decir 1.800 euros para una estancia de un mes. Al parecer, ése es el dinero que necesitamos para sobrevivir los españoles, así que desde aquí aprovecho para animar al Gobierno a que esa cantidad sea fijada como salario mínimo base. Por proponer...

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