martes, 24 de febrero de 2009

Acordate que hay crisis, no lo olvides. Tenelo presente: estamos en crisis

Estamos en crisis, ¿Qué hacer ante la crisis?, ¿Cómo enfrentar la crisis?; Crisis, crisis, crisis y más crisis. Solo falta encender la radio, leer los diarios, ver la televisión o caminar un poco para escuchar la palabra una y mil veces. Está instalada ya no hay dudas de ello. A nivel mundial la crisis está instalada en todos lados y brega por lograr convencer hasta lamente más positiva. Existe una incertidumbre incontenible que funda un temor generalizado. En medio de esta crisis encontramos gente a la que le es muy difícil establecer relaciones y quienes no pueden establecer relaciones terminan siendo muy solitarios, se aíslan y deprimen. Eso genera un corte en el ejido social, un autismo peligroso que lleva al individualismo-colectivo donde el primer síntoma es la perdida de confianza, primero a nivel relaciones humanas: dentro del trabajo, en el barrio, en el seno familiar. La crisis lleva a una ruptura en ese motor: La confianza. Sin embargo, cuando las personas confían unas en otras se detectan los problemas con más rapidez, no temen a posibles ataques entre ellas, se inician más proyectos, se alimentan más innovaciones y se realiza más trabajo. El clima de confianza refuerza la actitud positiva, posibilita la integración y despierta el espíritu. La confianza es una expectativa de éxito que genera motivación, deseo, esfuerzo y energía. La confianza es el resultado de tener autoridad, de contar con otras personas que apoyan al líder en su ejercicio del poder. Cuando las personas tienen confianza realizan el esfuerzo necesario en lugar de tirar la toalla. La confianza se construye cuando uno puede contar con las personas de su alrededor y cuando ellas sienten que pueden contar con uno. Tan sencillo como eso. La iniciativa conduce a la innovación. Que todos sientan que tienen permiso y estímulo para proponer cosas, que pueden contribuir con algo, aunque sea pequeño o grande. Esto puede marcar una diferencia en los resultados. Destaque las características positivas de la organización -sus productos, servicios, casos de éxito, sus empleados con talento-. No se debe subestimar nunca el poder de los sentimientos positivos. Al destacar los aspectos positivos se ofrece a las personas que integran la organización, esperanza para el futuro, lo que permite reducir los sentimientos negativos que dificultan la innovación.

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